Cuando el entrenador o el cuerpo técnico quiere introducir un cambio importante en alguna cuestión que afecta significativamente al deportista o al equipo, con toda seguridad encontrará una resistencia al cambio.
Un cambio en la forma del juego, es las tácticas, en los entrenamientos, en la ubicación en el juego, en el rol dentro del equipo…encontrarán siempre las reticencias del deportista o del grupo, dependiendo del caso.
Lo primero que deberíamos de tener en cuenta si al deportista o al grupo le compensan los efectos colaterales de poner en marcha en cambio (desmotivación, falta de compromiso, distracciones…).
Lo segundo es que tengamos la certeza que, aunque lo preparemos y justifiquemos muy bien, siempre existirá resistencia al cambio.
Lo último: preparemos bien y comuniquemos los argumentos que justifican los cambios, implementémoslos para una aplicación eficiente, y pongámoslo en marcha en la mayor brevedad posible.
Durante todo el proceso debemos mostrar confianza en la decisión de cambio, y comprensión con el deportista y el grupo cuando muestren cierta resistencia, siempre que está no cuestione la autoridad.
Fundamental: pedir la colaboración del deportista y/o del equipo.